El libro La cultura y el arte del México prehispánico de Fernando Arellano, nos habla de la cultura prehispánica mexicana antes de la llegada de los españoles. Cultura determinada comúnmente bajo el término dado por Paul Kirchhoff como Mesoamérica. Territorio comprendido entre los paralelos 17 y 22 del sistema geográfico internacional; pero que en otro momento de la historia de la humanidad fue el territorio sagrado de los olmecas, teotihuacanos, toltecas, zapotecas, mixtecas, totonacas, huaxtecas, tarascos, aztecas y mayas.
En un principio, Arellano ha pretendido hablar de la multiplicidad de las culturas en Mesoamérica a través de sus elementos comunes, su homogeneidad. De esta manera vemos agrupadas dichas culturas por sus características comunes, como: la agricultura, astronomía, organización religiosa-social, arquitectura y finalmente lo que podría parecernos a los occidentales de este milenio el “curioso” juego de la pelota.
Posteriormente es tratado el tema de la edad de los habitantes de Mesoamérica a través de diversas teorías de población del territorio Americano, que datan de unos 35000 años antes de nuestra Era.
En estos últimos tiempos debido a innumerables avances en la tecnología, el estudio de las culturas prehispánicas cuenta con estudios científicos que ayudan a comprobar o desechar teorías en torno a dichas culturas. El estudio de la estratigrafía y el análisis del carbono-14, que han revolucionado antiguas cronologías en el caso de Mesoamérica.
Sin embargo, el profesor nos revela que el estudio arqueológico de Mesoamérica a pesar de sus avances en los últimos decenios, es todavía muy inmaduro en comparación con los estudios arqueológicos realizados en Egipto desde el siglo XIX.
Por esto es fácil suponer que el estudio de las antiguas culturas prehispánicas todavía nos esconden muchos secretos. Elementos que deberíamos tener en cuenta a la hora de formular hipótesis y teorías en una ciencia que todavía es muy joven.
Con esta introducción que ocupa el primer capítulo del libro, precedido de un a modo de prólogo, el autor nos sumerge en el mundo prehispánico donde capítulo a capítulo nos habla de una cultura prehispánica Mesoamericana diferente.
Comenzando por los olmecas que significa “habitante del país de hule” y que también se suele llamar “cultura del dios Jaguar” es según las exploraciones de Stierling que cita Arellano en su libro, la cultura “Madre” o más antigua de Mesoamérica.
Luego el capítulo siguiente nos habla acerca de las culturas en la altiplanicie mexicana llamadas cultura preclásica o arcaica desarrolladas fuertemente a partir del siglo XIV antes de cristo, ciudades creadas con edificaciones monumentales de carácter religioso. Como es el caso de Teotihuacán que fue llamada por los aztecas “La Ciudad de los Dioses”.
Teotihuacán. Vista de La Ciudadela. Templo de Quetzalcóatl.
Posteriormente en el siguiente capítulo el autor se adentra en el estudio de la cultura de los toltecas donde aclara que es Tula y no Teotihuacán la capital de los toltecas, que crean su civilización a partir de la destrucción de “La Ciudad de los Dioses” pero que luego enriquecieron con elementos propios denominados toltecas.
El capítulo cinco es dedicado a los aztecas quienes reavivaron la cultura de Tula tras la destrucción sufrida por los invasores bárbaros como los chichimecas. El fuego sagrado de Tula, ciudad de los antiguos Toltecas, es encendido nuevamente por los aztecas y con ellos surge una nueva civilización. El arte de los zapotecas y mixtecas ocupa el sexto capítulo y el séptimo al arte de totonacapan y del occidente mexicano.
Atlantes de la pirámide de Tula.
Foto Alejandro Linares García
Para finalizar, Arellano dedica el último capítulo a una de las culturas más prodigiosas de las culturas mesoamericana como lo fueron los mayas.
El autor a través de un discurso sencillo y bien documentado nos acerca a las culturas Mesoamericanas, pero a su vez nos abre la brecha en el interés arqueológico mexicano en una ciencia que pareciera reinventarse con cada nuevo descubrimiento.
El libro que en su génesis fue la guía de un profesor preocupado por sus estudiantes, evolucionó hasta ser la cristalización de un libro acerca de las culturas prehispánicas de México; iniciativa apoyada y auspiciada por la editorial de la Universidad Católica Andrés Bello, según nos relata Arellano en el mismo libro.
Fernando Arellano (1908-2002) fue profesor jesuita de la Universidad Católica Andrés Bello y en su haber se encuentran otras publicaciones como: Historia de la lingüística (Tomos I y II) (1979), El Arte Hispanoamericano (1986) y Una introducción a la Venezuela prehispánica (1986).
En el libro Cultura y el Arte del México prehispánico (2002) es una hermosa iniciativa tanto del profesor como de la UCAB en un país que cuesta tanto hacer obras.
En otro orden de ideas, el discurso de Arellano es de fácil acceso y con una narrativa en tercera persona que nos sumerge en el mundo prehispánico de forma amena e interesante en el recorrido de la cultura ancestral mexicana.
La carátula blanda ilustrada sirve de antesala a la obra escrita, seguido del índice, el a modo de prólogo, el cuerpo en sí del libro dividido por capítulos, el índice bibliográfico de las obras citadas en el texto y finalmente los anexos fotográficos.
La Cultura y el Arte del México prehispánico de Fernando Arellano es una buena opción para quién desee descubrir y profundizar un poco más acerca de los misterios que esconde la antigua Mesoamérica.